FOTOMERCH: NECROPOLIS MUNDI

Las fotografías son un viaje a través de las distintas tipologías de cementerios : Las ciudades de los muertos. El cementerio jardín, simbolista y paisajístico. El cementerio escenografía de jardín romántico. El cementerio bosque. Los paisajes de la muerte nos hacen olvidarnos por un momento del bullicio de la vida para envolvernos en ese entorno apacible y tranquilo donde se respira paz.

Visitar un cementerio no es solo cosa de quienes tienen enterrados en él a sus muertos. Cada vez hay más gente interesada en acercarse a estos espacios para admirar el patrimonio material e inmaterial que hay en ellos.

La convivencia con los muertos fue habitual hasta finales del siglo XVII cuando comenzaron los primeros signos de incomodidad ante el uso compartido del suelo entre los vivos y los muertos. El siglo XVIII será el siglo de higienistas y racionales, y se denunciará la insalubridad de los cementerios prohibiendo definitivamente enterrar en el interior de las iglesias por considerarlo causa de epidemias. De esta manera se volvió a instaurar la vieja separación espacial entre los vivos y los muertos, ubicándolos en las afueras de la ciudad.

Aunque a menudo la gente suele pensar que los cementerios son lugares tristes o deprimentes, pero para algunos, entre los que me incluyo, realmente son una fuente de paz. Visitar un cementerio es una forma de recordar seres queridos que han fallecido pero también para reflexionar sobre la vida y sus muchos misterios. Para mí, los cementerios son lugares de tranquilidad, belleza, reflexión y un gran misterio, todo lo cual encuentro inmensamente atractivo. Desde la atmósfera pacífica hasta las historias fascinantes que se pueden encontrar en cada lápida, hay algo muy especial en visitar un cementerio que me atrae realmente.

No importa las creencias, los cementerios sirven de recordatorios de nuestra humanidad compartida y nuestra conexión a través del tiempo y el espacio. Visitar un cementerio también una forma de apreciar la belleza de la naturaleza. Se puede afirmar que la muerte es la única certeza con la que cuenta el ser humano, nada es más inevitable y universal: desde el mismo momento de nuestro nacimiento estamos destinados ineludiblemente a dejar de ser, por tanto, el reflexionar acerca de esto no es más que enfrentarse quizá a lo único verdadero. Desde la perspectiva de la sociedad de hoy, materialista y desacralizada, que ha perdido la estrecha relación que el paisaje y la arquitectura siempre han mantenido con la muerte. No olvidemos pues, y celebremos NECROPOLIS MUNDI no como un tabú social sino como una forma de disfrute.

CEMENTERIO TORRERO, ZARAGOZA